El jefe interino de la policía de Louisville, Robert Schroeder, dijo que un sospechoso estaba detenido, pero no ofreció detalles sobre si esa persona había participado en las manifestaciones. Asegura que se está a la espera de que ambos oficiales se recuperen, y que uno de ellos está siendo operado.

Schroeder asegura que a los oficiales les dispararon después de investigar los informes de un tiroteo en una intersección donde había una gran multitud de gentes.

Se escucharon varios disparos cuando los manifestantes en el centro de Louisville trataron de evitar los bloqueos policiales, al moverse por un callejón mientras los agentes les lanzaban bolas de pimienta, según un periodista de la AP. La gente se tapó los oídos, huyó y buscó frenéticamente lugares donde esconderse. La policía, que portaba armas largas, invadió el área, luego los oficiales con equipo antidisturbios y vehículos de estilo militar bloquearon las carreteras.

La violencia se produjo después de que los fiscales dijeran que dos oficiales que dispararon a Taylor, una mujer negra, estaban justificados para emplear el uso de la fuerza y así protegerse luego que se enfrentaran a tiros con su novio, que defendía su propiedad. El Jurado solo imputó tres cargos por "conducta peligrosa"al oficial, despedido, Brett Hankison, por haber disparado contra una casa cercana a la de Taylor que estaba habitada con personas adentro, sin presentar cargos por el asesinato de Breonna Taylor.

El FBI sigue investigando posibles violaciones de la ley federal en relación con la redada en la casa de Taylor el 13 de marzo.

Ben Crump, abogado de la familia de Taylor, denunció la decisión como "escandalosa y ofensiva", y los manifestantes que gritaban "¡sin justicia no hay paz!" marcharon inmediatamente por las calles.

Se produjeron escaramuzas entre la policía y los manifestantes, y algunos fueron arrestados. Los oficiales dispararon luces de bengala y otros pequeños explosivos en una plaza, la que ha sido el centro de las protestas, pero ésta ya se había despejado en gran medida antes del toque de queda cuando los manifestantes marchaban hacia otras partes del centro de Louisville. Docenas de patrullas bloquearon la principal vía de la ciudad.

Los manifestantes también marcharon en ciudades como Nueva York, Chicago, Washington, D.C., Atlanta y Filadelfia.

Breonna Taylor, una trabajadora médica de urgencias, recibió múltiples disparos de oficiales blancos que entraron en su casa con una orden de no llamar durante una investigación de narcóticos. Sin embargo, el Fiscal General del Estado, Daniel Cameron, dijo que la investigación demostró que los oficiales sí se anunciaron antes de entrar. La orden de registro de la casa estaba relacionada con un sospechoso que no vivía en ella y no se encontraron drogas en su interior.

Junto con el asesinato de George Floyd en Minnesota, el caso de Taylor se convirtió en una piedra de toque importante para las protestas nacionales que han llamado la atención sobre el racismo arraigado y han exigido la reforma de la policía. La imagen de Taylor se ha pintado en las calles, se ha blasonado en los carteles de protesta y se ha estampado con serigrafía en las camisetas que llevan los famosos. Varias celebridades afroamericanas prominentes se unieron a los que instaron a que los oficiales fueran acusados.

El anuncio provocó tristeza, frustración y rabia porque el gran jurado no fue más lejos. Los cargos de "conducta peligrosa" conllevan una sentencia de hasta cinco años cada uno.

Morgan Julianna Lee, una estudiante de secundaria en Charlotte, Carolina del Norte, vio la noticia sobre el caso de Taylor mientras estaba en su casa.

"Es casi como una bofetada en la cara", dijo la chica de 15 años por teléfono. "Si yo, como mujer negra, alguna vez necesito justicia, nunca la obtendré".

El gobernador Andy Beshear, demócrata, dijo que autorizó el despliegue limitado de la Guardia Nacional. También instó a Cameron, el fiscal general del estado, a poner en línea toda la evidencia que pudiera ser liberada sin afectar los cargos presentados.

"Aquellos que actualmente sienten frustración, se sienten heridos, merecen saber más", dijo.

El caso expuso el amplio abismo que existe entre la opinión pública sobre la justicia para los que matan a estadounidenses de raza negra y las leyes bajo las cuales se acusa a esos oficiales, que regularmente favorecen a la policía y no suelen resultar en acusaciones criminales pronunciadas.

En una conferencia de prensa, Cameron habló de esa desconexión: "El derecho penal no está destinado a responder a cada pena y dolor".

"Pero mi corazón se rompe por la pérdida de la Srta. Taylor. ... Mi madre, si algo me sucediera, lo encontraría muy difícil", añadió, ensombrecido.

Pero Cameron, el primer fiscal general negro del estado y aliado político de Trump, dijo que los oficiales actuaron en defensa propia después de que el novio de Taylor les disparara. Añadió que Hankison y los otros dos oficiales que entraron en el apartamento de Taylor se anunciaron antes de entrar, por lo que no ejecutaron la orden de registro como  haciendola cree que fue "sin llamar" a la puerta, según su investigación. Desde entonces, la ciudad ha prohibido esas órdenes.

"Según la ley de Kentucky, el uso de la fuerza por parte de los oficiales Jonathan Mattingly y Myles Cosgrove estaba justificado para protegerse", dijo. "Esta justificación nos impide presentar cargos criminales por la muerte de la Srta. Breonna Taylor."

Cameron dijo que un laboratorio del FBI determinó que Cosgrove disparó la bala que mató a Taylor.

El novio de Taylor, Kenneth Walker, abrió fuego cuando la policía irrumpió, hiriendo a Mattingly. Walker le dijo a la policía que oyó golpear pero no sabía quién era y disparó en defensa propia.

Cameron, que es republicano, es un protegido del líder de la mayoría del Senado Mitch McConnell y ha sido etiquetado por algunos como su aparente heredero. El suyo era también uno de los 20 nombres en la lista del Presidente Donald Trump para llenar una futura vacante en la Corte Suprema.

En una conferencia de prensa, Trump leyó una declaración de Cameron, diciendo "la justicia no suele ser fácil". Más tarde twiteó que estaba "rezando por los dos policías que fueron baleados".

El candidato presidencial demócrata Joe Biden y su compañera de fórmula, Kamala Harris, piden una reforma policial.

Biden dice que mientras las investigaciónes federales continúan, "no necesitamos esperar el juicio final de esa investigación para hacer mucho más y hacer verdadera justicia por Breonna". Dijo que el país debe empezar por abordar el exceso de fuerza, prohibir los estrangulamientos y revisar las órdenes de "no llamar" a la puerta cuando se realizan los cateos.

"Nunca debemos dejar de pronunciar el nombre de Breonna mientras trabajamos para reformar nuestro sistema de justicia, incluyendo la revisión de las órdenes de "no llamar"", dijo Harris en Twitter.

Hankison fue despedido el 23 de junio. Una carta de despido enviada por el jefe interino de la policía de Louisville, Robert Schroeder, y alegó en ella que había violado los procedimientos al mostrar "extrema indiferencia por el valor de la vida humana" cuando "sin querer y a ciegas" disparó su arma.

Mattingly, Cosgrove y el detective que pidió la orden de cateo, Joshua Jaynes, fueron puestos en reasignación administrativa.

La semana pasada, la ciudad resolvió una demanda contra los tres oficiales presentada por la madre de Taylor, Tamika Palmer, acordando pagarle 12 millones de dólares y promulgar reformas policiales.