"Los votantes, y no los abogados, son los que eligen al Presidente. Las boletas, no los informes, deciden las elecciones", dijo el tribunal.

La opinión fue escrita por el juez Stephanos Bibas, que fue nombrado, irónicamente, al tribunal por Trump. A Bibas se le unieron otros dos jueces nombrados por los republicanos en un panel unánime de 3-0.

"Las acusaciones sobre injusticia son graves. Pero llamar a una elección injusta no hace que sea así. Los cargos requieren alegaciones específicas y luego pruebas. No tenemos ninguna de las dos cosas", escribió Bibas.

El presidente Trump, el 25 de noviembre, llamó por teléfono a una audiencia del Senado del estado de Pensilvania en la que afirmó falsamente que Joe Biden había robado las elecciones presidenciales.

Jenna Ellis, asesora legal de la campaña de Trump, dijo después de la decisión que el caso sería llevado a la Corte Suprema de EEUU.

"¡Va para SCOTUS!" dijo Ellis en Twitter.

La campaña de Trump apeló al Tercer Circuito después de que el tribunal de distrito el pasado fin de semana desestimara su demanda federal contra las autoridades electorales de Pensilvania y rechazara la petición de la campaña de que se le permitiera revisar la demanda para añadir más alegaciones.

La demanda pretendía detener la certificación de los resultados de Pensilvania sobre la base de que los republicanos estaban ilegalmente en desventaja, ya que algunas zonas de tendencia demócrata permitían a los votantes corregir errores administrativos en sus boletas de voto por correo.

La Secretaria de Estado de Pennsylvania, Kathy Boockvar, certificó los resultados el martes, haciendo oficial la derrota de Trump ante el Presidente electo Joe Biden en el estado. Biden venció a Trump por más de 81.000 votos.

Pero Bibas señaló en su decisión del viernes que la campaña de Trump "nunca hace alegaciones de fraude o que algún voto fue emitido por votantes ilegales en la Corte". Señaló un comentario hecho durante una audiencia sobre la demanda presentada por Rudolph W. Giuliani, el abogado personal de Trump, de que "no fue un caso de fraude".

El tribunal dictaminó que conceder la petición "extremadamente desproporcionada" de Trump de desechar los resultados sería "drástico y sin precedentes, privando del derecho de voto a una gran parte del electorado y perturbando también todas las carreras de la votación".

La decisión del viernes por el tribunal de apelaciones técnicamente trató con el desafío de la campaña de Trump de la negativa del tribunal inferior a permitirle enmendar su demanda. Giuliani quería volver a presentar la demanda, añadiendo alegaciones de que a los observadores oficiales republicanos no se les permitía ver el recuento de votos. (Los abogados de Trump habían dicho anteriormente en el tribunal que a algunos se les permitía observar).

Pero la opinión del tribunal de apelaciones fue más allá, declarando en términos contundentes que el esfuerzo legal de Trump no tenía ninguna posibilidad de éxito.

"El equipo de campaña no puede ganar esta demanda", decía.

"Ninguna ley federal exige a los observadores electorales o especifica dónde deben vivir o cuán cerca pueden estar cuando se cuentan los votos. Ni tampoco la ley federal rige si se cuentan las boletas con defectos menores de la ley estatal o se deja que los votantes curen esos defectos", escribió Bibas.

La decisión del tribunal llegó un día en que Trump comenzó a tuitear repetidamente falsedades sobre los resultados de la elección e insistió de nuevo en que había ganado. Los resultados oficiales muestran que Biden derrotó a Trump por más de 6.1 millones de votos a nivel nacional -más de 80 millones a poco menos de 74 millones- y liderando en el Colegio Electoral 306 a 232.

"Biden sólo puede entrar a la Casa Blanca como Presidente si puede probar que sus ridículos '80.000.000 de votos' no fueron obtenidos fraudulenta o ilegalmente. Cuando ves lo que pasó en Detroit, Atlanta, Filadelfia y Milwaukee, es un fraude masivo de votantes, ¡tiene un gran e irresoluble problema!" Trump afirmó falsamente.

El día de Acción de Gracias, Trump prometió seguir luchando para anular las elecciones que perdió, a pesar de las repetidas derrotas en los tribunales.

"Va a ser algo muy difícil de conceder", dijo a los periodistas de las elecciones. Los ayudantes han dicho en privado que Trump nunca admitirá que perdió.

Cuando se le preguntó si asistiría a la toma de posesión de Biden, se mostró reacio. "Sé la respuesta", dijo, aunque se negó a darla.

Aún cuando la mayoría de sus abogados han renunciado y muchos funcionarios de la campaña dicen que el esfuerzo para anular las elecciones no va a ninguna parte, Trump dijo que iba "muy bien".

Trump continuó afirmando falsamente que había habido un amplio fraude electoral, sin ofrecer pruebas. Y nuevamente dijo falsamente que a los observadores electorales republicanos no se les permitía observar en Pennsylvania.

"No creo que sea correcto que esté tratando de elegir un gabinete", dijo Trump sobre Biden. Trump había bloqueado una transición presidencial durante varias semanas, pero cedió esta semana y permitió que su equipo siguiera adelante.