Y si bien Trump suele restar importancia a este campo -incluido un comentario hecho el mes pasado cuando dijo que "no creo que la ciencia conozca" el impacto del cambio climático en California-, rara vez ha puesto su desdén en un despliegue tan obvio como lo hizo el domingo por la noche.

En un mitin en la ciudad de Carson City, Nevada, dijo a una multitud de partidarios que no usaban mascarillas ni guardaban distanciamiento social que Joe Biden "escuchará a los científicos", en un tono y postura rígida que sugería que sólo un tonto o un perdedor haría tal cosa.

El insulto puede que no sea tan punzante como el presidente cree que es. En medio de una pandemia que ha matado a casi 220.000 estadounidenses, los votantes todavía temen la amenaza del virus y desean una respuesta federal más competente y robusta. Dos de cada tres estadounidenses están preocupados de que ellos o alguien cercano a ellos contraigan el virus, mientras que un número similar (65 por ciento) está de acuerdo en que "Trump no ha tomado el brote de coronavirus en los EE.UU. con suficiente seriedad", según una encuesta realizada poco después de que el brote en la Casa Blanca se hiciera público.

La campaña de Biden también hizo eco del comentario ignorante del presidente y un portavoz se refirió al respecto:

"Ese comentario está claramente fuera del contacto de cualquier realidad", dijo uno de sus portavoces que tuiteó poco después de que Trump se burlara del exvicepresidente Biden: "Trump destruyó la fuerte economía que heredó de la administración Obama-Biden al mentir y atacar a la ciencia, y los despidos están aumentando".

El peculiar insulto de Trump no fue la única acusación extraña que le lanzó a Biden en su mitin de Carson City. Mientras que el presidente ha traficado durante mucho tiempo con la fábula conservadora de que los demócratas están a punto de arruinar la Navidad (así como lo escucha, estimado lector, literalmente) de los estadounidenses, él ahora culpa a Biden por cualquier interrupción de las vacaciones de este fin de año.

"La temporada navideña será cancelada", dijo Trump, en el caso hipotético de que gane Biden, sin tomar en cuenta el hecho de él seguirá siendo presidente de cualquier manera el 25 de diciembre. Aunque la línea es consistente con el mensaje festivo del presidente desde hace años, al parecer ignora que su propia esposa y encargada de adornar la Casa Blanca con motivos navideños, Melania Trump, se quejó de la temporada de fiestas, en un audio filtrado por una amiga, donde dijo:

"¿A quién le importa la Navidad?... Me esfuerzo, pero la prensa siempre sale cuestionándome sobre los niños enjaulados en la frontera. ¡Sabes qué? ¡Qué se jodan!"