"Respetamos la elección del pueblo estadounidense y felicitamos al Sr. Biden y a la Sra. Harris", dijo el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Wang Wenbin, en una sesión informativa diaria, refiriéndose a la vicepresidenta electa Kamala Harris.

"Entendemos que los resultados de la elección se determinarán de acuerdo con las leyes y procedimientos de Estados Unidos", añadió, repitiendo la postura anterior de Beijing.

La negativa de Trump a aceptar la derrota ha puesto a Pekín en una posición incómoda, con China reticente a hacer cualquier cosa por antagonizar a Trump, que ha montado desafíos judiciales a la votación y se mantiene en el cargo hasta la inauguración del 20 de enero.

Las relaciones entre China y los Estados Unidos están en su peor momento en décadas por disputas que van desde la tecnología y el comercio hasta Hong Kong y el coronavirus, y la administración de Trump ha desatado un aluvión de sanciones contra Pekín.

Poco después de la victoria de Biden, tras días de recuento de votos en varios estados indecisos, numerosos aliados de EE.UU. ofrecieron felicitaciones, mientras que los líderes de China y Rusia se encontraban entre los que guardaban resquemores, quizá presintiendo una jugada audaz de Trump en el último momento, pero que no sucedió debido al estricto proceso electoral montado por EEUU.

En 2016, el presidente chino Xi Jinping envió felicitaciones a Trump el 9 de noviembre, un día después de las elecciones.

No cabe duda que esta felicitación a Biden por China, será un duro impacto para la psiquis y el ego de Trump, que continúa creyendo que obtuvo más votos que Biden y que las elecciones fueron manipuladas por varios softwares que él llama "Hammer", "Scoredcard" y "Dominion", todos manipulados por la CIA y el FBI para vengarse de él.