De pronto se escucha el grito de Trump, que lo deja bien claro: "¡Nunca me cogerán vivo!"

A medida que se acerca el 20 de enero, Trump no sólo se niega a ceder, sino que se hunde cada día más. Pero, incluso como una nación que se engancha fácilmente a los dramas, nadie quiere ver a un presidente de los EE.UU. siendo arrastrado por la puerta principal al más lastimero estilo de un pasajero de aerolínea exigente, más no cumplidor, con una Ivanka agarrándose de las manos y bajo la fría mirada de una asustada Melania.

¿Pero qué pasa si el autodenominado "Ganso de Oro" de los índices de audiencia de la televisión se atrinchera en el Despacho Oval -un escenario que ha sido ponderado por Vanity Fair y Forbes, entre otros- y se niega a marcharse?

El Boston Globe preguntó a los expertos en el arte de la persuasión cómo hacen para desalojar a sus clientes más reacios.

El negociador de rehenes

"Lo primero que haces es tratar de establecer una relación con el individuo", dice Alfred S. Titus, Jr., un detective de homicidios jubilado de la policía de Nueva York que fue miembro del equipo de negociación de rehenes por la fuerza.

"Uno quiere tratar de entrar en su mente para averiguar cuál es el problema", agrega Titus, también profesor asistente en la Universidad de Justicia Criminal John Jay.

"Tratamos de obtener una idea de dónde es la persona, cuál es su situación familiar", dijo. "¿Están casados? ¿Tienen hijos?"

"Intentamos recordarles lo buena que ha sido su vida -esperando que de eso se trate su caso-, y le hablamos con serenidad de las cosas buenas por venir".

Cuando un sospechoso está dentro de un edificio, dijo, la conversación se lleva a cabo idealmente a través de una línea telefónica, y no gritando desde la calle.

"Un megáfono es el último recurso porque todo el mundo lo puede oír".

"Queremos desarrollar una relación de uno a uno", dijo, "donde la persona sea libre de abrirse y llorar o gritar -o lo que sea- para liberar esa tensión".

El oficial de control de animales

"Cuando hacemos una evacuación de la vida silvestre, no hacemos nada excepto darles la posibilidad de salir", dijo Mark Thomas, el propietario de Baystate Wildlife Management, en Cantón.

"Cuando hay ardillas, murciélagos o mapaches, todos van y vienen regularmente, salen para comer y beber y luego vuelven a entrar, así que instalamos puertas de un solo sentido", dice. "Son como pequeños túneles de salida por donde salen, pero no pueden volver a entrar. Salen y la puerta se cierra detrás de ellos.

"Los invasores suelen desaparecer en cinco días", añade, "pero si los animales están siendo 'difíciles', la empresa puede espolvorear orina de coyote alrededor".

La nana para niños

"Cuando hay una transición, hay que avisarle al niño sobre el cambio con unos minutos de antelación", dijo Kim Warrington, propietario de Kim's Kid Kare FCC & Preescholar, en Athol.

Por ejemplo: "En cinco minutos, será el momento de recoger los bloques y salir. En dos minutos, será el momento..."

"También hay que reconocer sus sentimientos", dijo. "Sé que muchos niños no quieren entrar del patio de juegos todavía porque se están divirtiendo, pero se les dice que tenemos que entrar ahora, para que podamos almorzar, descansar y tener tiempo de volver afuera antes de que sea hora de que se vayan a casa".

Más el tono agradable no debe confundirse con la flexibilidad.

"Si no hay elección, no pregunto", dijo. "Con un niño que no quiere dejar a sus padres, no pido, pero les daré una opción al decirle, 'Sabes, puedes venir conmigo a tu propio ritmo, o si quiere puedo llevarte adentro para que podamos empezar nuestro día.'”

El economista del comportamiento

"Los economistas conductuales piensan mucho en la psicología que subyace a la toma de decisiones y en el grado en qué factores fuera del pensamiento estrictamente 'racional' influyen en la conducta", dijo Syon Bhanot, profesor asistente de economía en el Colegio Swarthmore.

"Por ejemplo, hay investigaciones en psicología que muestran que a veces arremetemos contra los esfuerzos percibidos para limitar nuestra libertad de comportamiento, un concepto conocido como 'reactancia psicológica'.”

"Así que tienes que tener cuidado cuando intentas forzar un cambio de comportamiento para no desencadenar una reacción psicológica y en su lugar animar a la gente a ver la adherencia al comportamiento que estás fomentando como en el mejor interés de esa persona".

El entrenador de perros

"Si tengo un perro que está en una caja y no quiere salir, usaría un señuelo", dijo Martin Wright, el dueño de Argos Dog Training en Dorchester.

Pero algunos perros son difíciles, dijo. "Salen de la caja, cogen la comida y vuelven a entrar. Así que hacemos ajustes, cerramos la puerta de la caja rápidamente, o movemos la comida más lejos."

"A los perros les gusta jugar", añadió, "así que a veces puedes sacarlos de la caja si les enseñas una pelota".

O tal vez un carrito de golf.

*Este brillante artículo fue escrito por Beth Teitell, Staff del Boston Globe