En un guiño a la realidad de que está destinado a dejar el cargo en enero, el presidente está contemplando seriamente la vida más allá de la Casa Blanca, diciéndole a sus asesores que quiere seguir siendo una fuerza omnipresente en la política y los medios de comunicación, tal vez presentándose de nuevo a la Casa Blanca.

Trump ha dicho a sus confidentes que podría anunciar una campaña para el 2024 antes de que termine el año, lo que inmediatamente establecería una posible revancha contra el presidente electo Joe Biden.

Trump también ha estado explorando formas de hacer dinero sin que tenga que hacer ningún trabajo, como dar discursos pagados a grupos corporativos o vender entradas para mítines. Además, puede intentar escribir unas memorias que serían un ajuste de cuentas de su época como presidente y aparecer en la televisión, con o sin remuneración.

Aunque también ha habido considerable charla entre los asociados de Trump sobre la creación de una empresa de medios de comunicación propia, muchos allegados al presidente dijeron que creen que esa opción es menos probable, en parte porque sería una empresa ardua sin éxito garantizado. Estos asesores, como algunos otros entrevistados para esta historia, hablaron con la condición del anonimato para discutir francamente temas delicados.

También se presiona a Trump para que monetice su pos-presidencia a la luz de su deuda personal y sus problemas legales. Tiene pagos pendientes en los próximos cuatro años de más de 400 millones de dólares en préstamos y podría incurrir en importantes gastos legales relacionados con una serie de investigaciones y demandas.

Trump "intentará seguir siendo una fuerza política y mediática", dijo Christopher Ruddy, un viejo amigo que ha estado en contacto con el presidente. "Él tiene todos estos negocios existentes. Tendrá nuevas relaciones".

Cualquiera que sea la plataforma que decida usar, Trump planea buscar venganza contra aquellos que cree que lo han traicionado, un grupo que incluye al canal Fox News, que Trump había alabado durante mucho tiempo por la cobertura aduladora de algunos de sus programas pero que ahora busca castigar.

Trump ha denunciado en privado el debate presidencial moderado por Chris Wallace de Fox, el hecho de que la cadena fue la primera gran cadena de noticias en otorgar el estado de Arizona  Biden y que uno de los corresponsales de Fox confirmó la información de la revista The Atlantic de que Trump había llamado a los miembros del servicio militar "tontos" y "perdedores".

"Está muy enfadado con Fox News", dijo Ruddy, que dirige Newsmax, una empresa de medios de comunicación conservadora cuyo canal de cable ha sido promovido por el presidente como una alternativa de Fox.

Después de la toma de posesión de Biden, es probable que Trump se retire primero a Florida, donde vacaciona en invierno en su Club Mar-a-Lago, dijeron los asesores. Mientras estaba en el cargo, cambió su registro de votantes de Nueva York a Palm Beach, Florida. Las personas que han discutido los planes con Trump dijeron que es probable que inmediatamente se involucre más en sus negocios en los que los ingresos se han desplomado.

La hija de Trump, Ivanka, su yerno Jared Kushner y otros hijos adultos se han centrado más en su propio futuro que en el del presidente, aunque sus opciones profesionales y marcas personales están inextricablemente ligadas a él, según un alto funcionario de la administración que ha hablado con miembros de la familia.

Incluso mientras Trump y algunos de sus abogados siguen difundiendo conspiraciones no probadas y afirman que es el legítimo ganador de las elecciones, su órbita política ha estado burbujeando en los últimos días al hablar de cómo tomará forma la postpresidencia de Trump y cómo un hombre obsesionado con ser visto como un ganador podría tratar de hacer gaslighting  para mitigar el hedor de ser visto como un mal perdedor de las elecciones.

Un asesor que recientemente habló con el presidente dijo que Trump le dijo que planeaba anunciar una nueva campaña en tres semanas, y que quería actuar rápidamente para tratar de congelar el gran campo de posibles candidatos presidenciales republicanos para el año 2024. Ese grupo incluye al menos tres personas que han servido en la administración: El Vicepresidente Pence, el Secretario de Estado Mike Pompeo y la ex-embajadora de EE.UU. ante las Naciones Unidas, Nikki Haley.

Pero otros asesores advirtieron que, como suele ocurrir con el presidente ping-pong, los puntos de vista de Trump en la materia evolucionan constantemente y no ha tomado ninguna determinación final.

"Sería una tontería declarar que te presentaras a presidente a finales de este año, pero por otro lado, para mantener tu control sobre el partido y luchar contra la jerarquía del legado republicano para que no te borren de la historia, es importante seguir siendo el primero en este proceso", dijo Sam Nunberg, ex asesor de Trump.

"Es altamente competitivo", añadió Nunberg. "Es bastante guay ser elegido en 2016 -es histórico- pero será el regreso de las remontadas políticas que se recuperarán en 2024."

Independientemente de que se presente de nuevo a la presidencia, es probable que Trump intente dominar la política republicana en los próximos años.

"A diferencia de Bush, a diferencia de Reagan, a diferencia de cualquiera de nuestros ex presidentes, él será una presencia continua", dijo Michael Steele, ex presidente del Comité Nacional Republicano y asesor principal del Proyecto Lincoln, un grupo anti-Trump. "Quiere que el partido siga siendo consumido por él y su locura".

Trump ha estado alardeando ante sus confidentes de que ha conseguido más votos que ningún otro candidato presidencial republicano de la historia -aunque va a la zaga de Biden en el voto popular nacional por unos 6 millones- y que cree que tiene influencia porque piensa que cualquiera que quiera un futuro en la política republicana tendrá que "besar su anillo", dijo un segundo asesor.

"Su feed de Twitter, por muy desagradable que sea, es una de las herramientas más poderosas que tiene, y se la lleva consigo", dijo Brendan Buck, un estratega republicano y ex asesor principal del Capitolio que ha sido crítico de Trump. "Todavía tendrá esa capacidad de hacer o deshacer primarias o de sepultar tratos en el Capitolio".

Por puro miedo o admiración, Trump podría ser fácilmente el sustituto republicano más buscado en las elecciones intermedias de 2022. Pero gente cercana a él dijo que es poco probable que el presidente desempeñe el papel tradicional de un político que recoge fichas para asegurar la lealtad antes de una carrera por la Casa Blanca. No se espera que pase mucho tiempo viajando a estados de nominación temprana como Iowa y New Hampshire o apoyando a los candidatos republicanos con dinero y apariciones de sustitutos, dijeron estas personas.

En cambio, Trump ha mostrado interés en mantener una operación política y mantener el control del aparato del partido de otras maneras. En el pasado, cuando los presidentes dejaban el cargo, había elecciones abiertas para los puestos de liderazgo de su partido. Pero Trump tweeteó recientemente, sin que se lo pidieran, que apoyaba a su aliada, Ronna McDaniel, para que sirva otro período como presidente del Comité Nacional Republicano.

"Creo que si no es declarado ganador dejará claro que se presentará de nuevo en 2024", dijo un alto funcionario de la campaña de Trump.

"Permanecería como jefe del Partido Republicano, haya o no un título formal que lo acompañe", añadió este funcionario, señalando que se estaban considerando algunas opciones legales para financiar los futuros esfuerzos políticos de Trump, incluyendo un comité de acción política de liderazgo.

A los republicanos, tanto en privado como en público, les preocupa que Trump -que ha mostrado poca afinidad con el partido que ha elegido y que parece actuar casi exclusivamente en su propio interés- pueda tener más probabilidades de desempeñar un papel entrometido y perjudicial que de ayudar.

"Si dejas que una enfermedad continúe sin tratamiento, no te mejoras", dijo Steele. "Sólo te enfermas más".

Por ejemplo, Trump ha hecho poco hasta ahora para ayudar a los republicanos en las dos disputadas elecciones al Senado en Georgia a principios de enero que determinarán qué partido controla la cámara alta. Y los continuos ataques del presidente a los funcionarios republicanos de Georgia y las acusaciones infundadas de fraude en el estado de los melocotones corren el riesgo de socavar la fe en las elecciones y deprimir la participación de los republicanos.

Algunos asesores han organizado un viaje a Georgia para ayudar a los senadores republicanos David Perdue y Kelly Loeffler, como lo hizo Pence el viernes, pero Trump ha mostrado poco interés en hacerlo antes de que finalicen las elecciones presidenciales.

Un alto funcionario de la administración, que ha hablado recientemente con el presidente, dijo que aunque era "muy difícil" predecir lo que Trump podría hacer, hay "un porcentaje muy alto de posibilidades de que deje la puerta abierta para que se presente, por mucho tiempo, durante los próximos dos años".

Este funcionario añadió que "no lo persuadirás de que cambie su plazo para tomar cualquier decisión basada en lo que es mejor para el partido". A él no le importa. Podríamos encontrarnos en lo profundo de un ciclo electoral de 2024, a mediados de 2023, y aún no ha dicho definitivamente que no se presentará y vas a ver a todos estos potenciales contendientes de 2024 inciertos sobre qué hacer".

Los ayudantes esperan que Trump quiera organizar mítines en su pos-presidencia, señalando que hablar en los mítines era su parte favorita de ser presidente porque se alimentaba de la energía de sus bulliciosas multitudes.

"Si puedes hacer que 30.000 personas se presenten y les cobras 5 dólares, es dinero de verdad", dijo un republicano en contacto frecuente con la Casa Blanca.

"No finjamos que su influencia sobre el partido se basó en su gobierno o en sus puntos de vista políticos", dijo Buck. "Fue su habilidad para usar su voz muy fuerte y atraer la atención por sí mismo, y eso no va a cambiar."