Como los espectadores habituales saben, aceptar esa ayuda extranjera es totalmente ilegal, un hecho que el vicepresidente Mike Pence, hipócritamente, ya dejó claro en esta primera temporada.

En enero, supimos que el titiritero del Kremlin que controla a Trump, Vladimir Putin, estaba, de hecho, ansioso por sembrar tanta confusión en 2020 como en 2016.

El hackeo del Burisma lo puso todo en movimiento

Enero fue cuando descubrimos que Rusia había hackeado a Burisma, una compañía "en el centro de la controversia política que podría dividir aún más a los EE.UU. y ayudar a la campaña de reelección de Donald Trump".

La noticia fue recibida con un bostezo colectivo por el pueblo de EEUU en ese momento. Y en medio de toda la muerte que ha dejado el Covid y la devastación económica que la imprudencia e incompetencia de Trump ha causado en los meses posteriores, el "escándalo Hunter Biden" fue en gran parte olvidado.

Pero como Andy Greenberg escribió en la Revista Wired:

"El siguiente paso en el libro de jugadas del Kremlin es muy probable que sea otra ronda de documentos filtrados selectivamente con el fin de influir en el resultado de las elecciones de 2020. La posibilidad plantea una pregunta difícil: ¿Aprendieron los EE.UU. algo de la última ronda? ¿O los votantes y los medios de comunicación son tan susceptibles como siempre a una operación de influencia rusa bien ejecutada?"

En febrero describimos cómo, al difamar implacablemente a Biden durante las primarias demócratas, los medios y los republicanos hacían con gusto el "trabajo sucio" de Putin por él.

Ahora es octubre y ¿adivina qué? Los medios, liderados por el "MAGA Haberman" del New York Post, están tan susceptibles como siempre y más que dispuestos a ser usados como herramientas en la campaña de desinformación del Kremlin.

El NY Post tiene una historia en primera plana y la campaña Trump ya está publicando anuncios sobre lo que es, por supuesto, una "nothingburger" ("hamburguesa rellenada con nada", o en castizo, "es pura paja").

La historia es falsa y ha sido previamente desmentida.

Si das un paso atrás, es bastante patético que el presidente que prometió "Hacer Grande a América de Nuevo" esté basando su argumento de cierre en el hijo del vicepresidente, Hunter Biden.

Pero eso es todo lo que tiene. Como presidente, Trump ha fracasado en todos los sentidos.

No debería sorprendernos que esté cerrando su ciclo electoral con estas tristes y fáciles de refutar difamaciones. En 2016, el último anuncio de televisión de Trump fue sobre los correos electrónicos de Huma Abedin que se encontraron en el portátil de su marido, Anthony Weiner. Y funcionó.

Trump no tiene planes. No puede discutir la política. Está demasiado asustado para debatir sobre Biden incluso cuando tuitea memes juveniles diciendo que su rival pertenece a un hogar de ancianos.

Trump es perezoso, y estúpido, y no ha aprendido absolutamente nada como presidente. Es el mismo estúpido espectador de Fox News que fue hace cuatro años.

Y Vladimir Putin está una vez más tratando de ayudarlo haciendo trampa en las elecciones presidenciales.

¿La diferencia con este año?

Si Trump y Putin tienen éxito, podría ser el último intento de una elección "democrática" que el país vea y practicamente la destrucción de EEUU como país.