Un nuevo avance médico anunciado podría ayudar a detener esta carnicería estadounidense: Los resultados preliminares del ensayo de la vacuna de Pfizer sugieren que es más del 90 por ciento efectiva. Si esos resultados se mantienen, decenas de millones de estadounidenses podrían ser inoculados contra el virus tan pronto como a principios de 2021. Otras vacunas también podrían resultar efectivas. Pero aprovechar al máximo este desarrollo requiere una planificación cuidadosa, ya que las campañas de vacunación a gran escala presentan enormes desafíos logísticos.

Trump debería trabajar estrechamente con el equipo de transición de su sucesor, en particular con los hombres y mujeres elegidos para coordinar la respuesta de Biden ante la pandemia, porque incluso un breve retraso en el lanzamiento de una vacuna podría costar decenas de miles de vidas. En lugar de eso, pasa sus días tuiteando historias dudosas sobre supuestos fraudes de votantes.

"Firmar papeles cuando se elige un nuevo presidente desencadena la liberación de millones de dólares en fondos de transición y permite a una administración entrante acceder a los actuales funcionarios del gobierno", dijo un funcionario que no quiso que su nombre apareciera impreso.

"La negativa de Trump a conceder la elección significa que los funcionarios de la Administración de Alimentos y Medicamentos, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades y los NIH no pueden hablar legalmente con los asesores de Biden sobre el progreso del desarrollo de la vacuna, los planes de distribución de una eventual vacuna o la capacidad de prueba".

Cada miembro del Congreso debería exigir que Trump comience inmediatamente a cooperar con Biden para que el presidente electo esté lo más preparado posible el día de la inauguración.

Pero, de acuerdo con el reportaje de Jake Tapper de CNN, quien habló con republicanos "en ambos extremos de la Avenida Pennsylvania" sobre el fracaso de Trump en ceder la silla presidencial, "y lo que dicen es que nadie ahí fuera debería preocuparse de que nuestra democracia vaya a estar en peligro real. Dicen que todo esto es parte de llevar al Presidente Trump a través de este proceso emocional y que asumen que aunque nunca ceda, se irá. Pero lo dicen en segundo plano porque no quieren molestar al Presidente Trump, y no quieren recibir amenazas de muerte de sus partidarios".

La intransigencia exhibicionista de Trump puede o no perjudicar a la democracia estadounidense a largo plazo, pero a corto plazo, se arriesga a miles de muertes por exceso de COVID-19, cuyo número podría aumentar cuanto más tiempo continúe con su berrinche. Esa es la amenaza que debería preocupar a cualquier republicano con capacidad para presionar al presidente para que empiece a ayudar al país afectado por la pandemia que está siendo rehén de su lastimera autocompasión.