Los partidarios del presidente citan algunos factores que podrían dar otra sorpresa como su victoria sobre Hillary Clinton en 2016. Los demócratas, traumatizados por el resultado de 2016, tampoco se descuidan de Trump.

Si Trump emerge como el sorprendente ganador una vez más este año, estas razones probablemente serán citadas para explicar su victoria.

El juego en Tierras Trumpianas

La campaña Trump apuesta a que la campaña tradicional de puerta a puerta dará grandes dividendos. La campaña ha afirmado que tiene más de 2,5 millones de voluntarios. Como ha señalado Newsweek, este sería un número mayor que los 2,2 millones que apoyaron al entonces candidato Barack Obama durante su dramática campaña de 2008 para la Casa Blanca.

En conferencias telefónicas con miembros de los medios de comunicación, los ayudantes de la campaña de Trump frecuentemente citan datos que creen que muestran su superioridad. La campaña Trump afirmó que sus voluntarios llamaron a más de 500.000 puertas en los estados indecisos en una sola semana de septiembre, por ejemplo.

"En realidad, estamos llevando a cabo una campaña real", dijo el director de la campaña de Trump, Bill Stepien, a los periodistas el lunes.

La campaña de Biden ha retrocedido, señalando que también ha construido una fuerte infraestructura terrestre. Pero nadie discute que el lado de Biden ha sido mucho más lento en llamar a la puerta, en particular, una reticencia basada en gran parte en la cautela sobre el coronavirus.

El enfoque de Biden podrá ser validado al final de la contienda. Algunos estrategas cuestionan la eficacia de las campañas de puerta a puerta en un momento en que la mayoría de los votantes pueden ser contactados con mayor facilidad y seguridad por teléfono, correo electrónico o medios sociales.

Pero si Trump gana, espera que se le dé mucho crédito a su juego en tierra.

La participación de los negros

La caída de la participación de los negros fue una de las principales razones por las que Clinton perdió en 2016.

Se esperaba que la participación de la comunidad afroamericana cayera una vez que Obama, el primer presidente negro de la nación, dejara de estar en la boleta electoral. Pero un menor entusiasmo de los negros por Clinton en ciudades del Alto Medio Oeste como Detroit y Milwaukee puede haber marcado la diferencia.

Trump se ha centrado en los votantes negros en un grado inusual para un candidato presidencial republicano. Su campaña se ha anunciado ampliamente en la radio orientada a los negros, y la Convención Nacional Republicana incluyó a varios partidarios afroamericanos de alto perfil, como la ex estrella de la NFL, Herschel Walker.

Hay un considerable escepticismo sobre si el equipo de Trump realmente cree que puede aumentar sus cifras a partir del 8 por ciento de votantes negros que lo apoyaron en 2016. Pero una disminución del entusiasmo por Biden podría ser igual de significativa.

Otro comodín es la quijotesca candidatura de la estrella del rap, Kanye West, que estará en la boleta electoral en al menos 12 estados.

En términos del gran cuadro del voto negro, hay algunas señales prometedoras para Trump en los márgenes.

Según el sitio de datos FiveThirtyEight, los afroamericanos de edad avanzada siguen estando firmemente en el campo demócrata, pero los votantes más jóvenes lo están menos. Las encuestas de UCLA Nationscape mostraron que el apoyo a Trump entre los votantes negros de entre 18 y 44 años aumentó del 10 por ciento en 2016 al 21 por ciento este año.

El "tímido" votante trumpiano

Una de las teorías más populares entre los aliados del presidente es que sufre de un problema inusual: un sesgo de "deseabilidad social" por el cual los votantes que lo apoyan ocultan sus opiniones a los encuestadores.

Por su naturaleza, esta es una tesis difícil de probar o refutar, aunque los escépticos señalan que, si fuera verdad, se podría esperar que las encuestas en línea mostraran un mayor apoyo a Trump que las encuestas en las que se entrevista a los encuestados. No parece ser el caso.

Una teoría relacionada -favorecida por Stepien, entre otros- es que la victoria de Trump en 2016 se basó en una gran participación en las partes menos pobladas de algunos estados cruciales.

Parece algo plausible que esos votantes no sean recogidos en las encuestas o en las narraciones de los medios de comunicación más amplios.

Trump ha visto su apoyo aumentar en algunas áreas basándose en las encuestas públicas, aunque Biden ha disfrutado de una ventaja en prácticamente todas las encuestas nacionales y en varios estados clave en el campo de batalla.

Registro de votantes

Los números de registro de votantes en los estados de batalla son una fuente particular de optimismo en el campo de Trump.

Una fuente de la campaña de Trump se centró en lo que pasó el 2016, señalando que en los últimos cuatro meses completos de cada ciclo electoral "los demócratas habían superado sistemáticamente a los republicanos todo el 2016, pero ahora nosotros le hemos dado vuelta y estamos constantemente  afuera, registrando votantes nuevos".

Según las cifras de la campaña, los demócratas superaron a los republicanos en más de 78.000 personas en Florida entre agosto y noviembre de 2016. Desde agosto del 2020 hasta este momento, los republicanos tienen una ventaja de registro de aproximadamente 104.000 en el estado.

El mismo patrón se ve en Pensilvania, donde una pequeña ventaja demócrata durante los últimos mismos cuatro meses del 2016 ha cambiado ahora a un aumento de los republicanos de alrededor de 72.000 durante este año.

Hay otras teorías en el "Mundo Trump" sobre lo que ocurre en estados específicos. Nevada es citada como una posible oportunidad de recuperación por algunos aliados de Trump que argumentan que el músculo electoral de los sindicatos de obreros del estado se ha atrofiado debido al golpe sufrido por la industria del turismo y los juegos de azar durante la pandemia.

La ventaja del registro demócrata en Nevada ha disminuido en unos 10.000, según la campaña de Trump. Un número tan pequeño es importante en un estado en el que Clinton obtuvo sólo 27.000 votos.

El voto latino

Trump casi seguro que perderá el voto latino en todo el país. Pero lo más importante es que hay pocos indicios de que su posición entre los latinos haya disminuido desde 2016, a pesar de las controversias que han surgido en torno a sus políticas de inmigración.

Según las encuestas a boca de urna de 2016, Trump ganó el 28 por ciento del voto latino, lo que sorprendió a algunos, ya que su desempeño fue ligeramente mejor que el del candidato republicano de 2012, Mitt Romney, que adoptó una posición más centrada en la inmigración.

Trump sigue encuestando a los votantes hispanos casi al mismo nivel, incluso cuando su popularidad con otros grupos demográficos clave se ha erosionado.

La situación es especialmente intrigante en Florida, el mayor y más importante estado campo de batalla.

Dos importantes encuestas realizadas en septiembre, de NBC News-Marist y la Universidad de Quinnipiac, mostraron a Trump con una pequeña ventaja entre los latinos de Florida. Trump ganó el Estado del Sol en 2016, incluso perdiendo a los latinos contra Clinton por 27 puntos.

Los cubano-americanos son especialmente vitales en Florida. Hay alguna evidencia anecdótica que sugiere que la tradicional hostilidad de la comunidad hacia el socialismo podría estar agobiando a los demócratas, ya que las voces de la izquierda como las del Senador Bernie Sanders (I-Vt.) y la Representante Alexandria Ocasio-Cortez (D-N.Y.) se han vuelto más prominentes.

En el debate del jueves, cuando Trump sacó a relucir a Sanders, Biden respondió que el presidente "piensa que se está postulando contra alguien más (Sanders). Y no, se está postulando contra Joe Biden. Yo vencía a toda esa gente porque no estaba de acuerdo con ellos", lo fulminó Biden

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