El sitio de noticias israelí Walla, seguido rápidamente por otros medios de comunicación en hebreo, citó a un funcionario israelí sin nombre diciendo que Netanyahu y Yossi Cohen, jefe de la agencia de espías del Mossad de Israel, volaron a la ciudad saudita de Neom el domingo, donde se reunieron con el príncipe heredero. El príncipe estaba allí para hablar con el Secretario de Estado de los EE.UU. Mike Pompeo.

La gente que viajaba con Pompeo declinó hacer comentarios. Netanyahu, en una reunión con su Partido del Likud, también se negó a confirmar explícitamente la visita.

"No he abordado tales cosas durante años y no voy a empezar con eso ahora. Durante años no he escatimado esfuerzos para fortalecer a Israel y ampliar el círculo de la paz", dijo.

El Ministro de Asuntos Exteriores saudí, el Príncipe Faisal bin Farhan, negó en Twitter que la reunión tuviera lugar.

"No hubo tal reunión. Los únicos funcionarios presentes fueron americanos y saudíes", escribió. No dio detalles.

El sitio web de seguimiento de vuelos FlightRadar24.com mostró un jet privado Gulfstream IV que despegó de Tel Aviv el domingo por la noche y voló hacia el sur a lo largo del borde de la península del Sinaí de Egipto antes de girar hacia Neom y aterrizar. El vuelo despegó de Neom más de tres horas después y siguió la misma ruta de regreso a Tel Aviv.

Pompeo, que estuvo en Israel la semana pasada, viajó con un pequeño grupo de reporteros americanos en su viaje por Oriente Medio, pero los dejó en el aeropuerto de Neom cuando fue a su visita con el príncipe heredero.

Si bien Bahrein, el Sudán y los Emiratos Árabes Unidos han llegado a acuerdos en el marco de la administración Trump para normalizar los vínculos con Israel, hasta ahora la Arabia Saudita ha permanecido fuera de su alcance. A la administración Trump, así como a Netanyahu, les encantaría añadir a los sauditas a esa lista antes de que deje el cargo en enero. En Sudán, un oficial militar dijo que una delegación israelí estuvo en el país el lunes para discutir los esfuerzos de normalización. Habló con la condición de mantener el anonimato porque no estaba autorizado a hablar de la visita con los medios de comunicación.

El Rey Salman ha apoyado durante mucho tiempo a los palestinos en su esfuerzo por asegurar un estado independiente como condición para reconocer a Israel. Sin embargo, los analistas y personas con información privilegiada sugieren que su hijo de 35 años, el Príncipe Heredero Mohammed bin Salman, probablemente esté más abierto a la idea de normalizar las relaciones sin grandes avances en el moribundo proceso de paz.

Israel y Arabia Saudita tienen un interés común en contrarrestar a su archirrival Irán, y han acogido con satisfacción la campaña de presión de la administración Trump sobre los iraníes, que incluyó la retirada del acuerdo nuclear internacional con Irán y la imposición de duras sanciones económicas al gobierno de Teherán.

La reunión reportada pone aún más presión sobre Irán ante la próxima administración Biden que ha señalado una potencial voluntad de volver al acuerdo nuclear de 2015.

"Creo que hay un mensaje para Irán. Mira, hay un frente en tu contra. Faltan dos meses para la nueva administración. Tengan cuidado. Estamos en la misma página", dijo Yoel Guzansky, un alto miembro del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional, un prestigioso think tank israelí.

En un aparente mensaje al presidente electo Joe Biden, Netanyahu dijo en un discurso el domingo por la tarde, poco antes del supuesto viaje a Arabia Saudí:

"No debemos volver al anterior acuerdo nuclear (de EEUU con Irán)".

En el mismo discurso, Netanyahu también elogió "a los líderes árabes pioneros que entienden los beneficios de la paz" y predijo "veremos otros estados que amplíen el círculo de la paz".

En otra posible referencia a la reunión saudí, un ayudante de Netanyahu, Topaz Luk, acusó al rival de Netanyahu y socio de la coalición, el Ministro de Defensa Benny Gantz, de "jugar a la política al mismo tiempo que el primer ministro hace la paz". Gantz inició el domingo una investigación sobre la compra por parte de Israel de submarinos alemanes, un escándalo que ha convertido a varios confidentes cercanos de Netanyahu en sospechosos criminales. El mismo Netanyahu no es sospechoso debido al poder político que posee en Israel, pese a los actos de corrupción desvelados en contra suya y de su esposa.