• El presidente de Brasil se quejó de que "todo lo que se habla en estos días" es el virus
• Usó el término ofensivo para los gays en un discurso en el palacio presidencial
• Bolsonaro ha minimizado repetidamente el virus a pesar de 163.000 muertes en Brasil
• El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, fue criticado el martes por decirle a la gente que no traten al Covid-19 como 'un país de maricones', en su último y controvertido estallido sobre la pandemia.

Bolsonaro utilizó el término ofensivo para los homosexuales mientras se quejaba de que "todo lo que se habla en estos días es la pandemia. Tenemos que detenerla".

Bolsonaro, que ha minimizado repetidamente el virus a pesar de los 5,7 millones de infecciones y 163.000 muertes que ha causado en Brasil, también causó unadivisión en la sociedad carioca al regodearse de la suspensión de las pruebas de la vacuna china en Brasil.

El presidente declaró "otra victoria para Bolsonaro" después de que el regulador de salud de Brasil detuviera las pruebas clínicas de CoronaVac, desarrollada por una empresa farmacéutica china, tras un "evento adverso grave". No se supo si celebraba porque habrían más muertos en Brasil o porque su ideología elitista, próxima al nazismo, lo impele, igual que a Trump, a decir estupideces, señaló un funcionario de salud.

Pero algunos críticos de Bolsonaro temen que la decisión haya sido motivada por la hostilidad política y no por la ciencia, pero no está claro cuándo o si se permitirá que continúen las pruebas.  

Bolsonaro hizo los comentarios sobre el "brasileño marica" durante un discurso sinuoso, el martes, supuestamente sobre el turismo, en el que también, como si estuviera poseído por un lapsus de perdida mental, parecía amenazar a Joe Biden.

Bolsonaro, un partidario de Donald Trump y con quien se le compara a menudo, está entre los pocos líderes mundiales que no han reconocido la victoria electoral de Biden en los Estados Unidos. Biden ha molestado a Bolsonaro instando a su gobierno a proteger la selva amazónica, y advirtió en un debate que podría enfrentarse a "consecuencias económicas".  

Lo dicho por Biden le tocó el ego al presidente carioca, quien el discurso dijo que "cierto candidato presidencial importante (Biden) dijo que si no apagaba los incendios en el Amazonas, impondría sanciones comerciales a Brasil".  

"¿Cómo se enfrenta a ese tipo de cosas?", se preguntó retóricamente. "La diplomacia por sí sola no funciona. Tienes que tener pólvora. No tienes que usarla. Pero tienen que saber que la tienes".

Sus comentarios provocaron una inmediata protesta tanto de los críticos como de los intelectuales, los pensantes y políticos de Brasil.

"Entre la 'pólvora' y los 'maricas', tenemos más de 160.000 muertos en el país", tuiteó el presidente de la cámara baja del Congreso, Rodrigo Maia. "Nuestra solidaridad con todos los amigos y familiares de las víctimas de Covid-19".

El número de muertes de Brasil es el segundo más alto del mundo después de los Estados Unidos, y su conteo de infecciones es el tercero más alto después de los Estados Unidos y la India.  

Bolsonaro ha condenado previamente la "histeria" alrededor del Covid-19, comparó el virus con una "pequeña gripe" y afirmó que el sistema inmunológico de los brasileños era tan fuerte que podían nadar en aguas residuales sin tratar y "no coger nada".

Cuando se le preguntó en una ocasión sobre el alto número de muertes, Bolsonaro dijo:

"¿Y qué? Lo siento, pero ¿qué quieres que haga?"

El presidente se ha mezclado frecuentemente con las multitudes desafiando las reglas de distanciamiento social y a veces se ha negado a usar una máscara.

También ha visto a dos ministros de sanidad dimitir durante la pandemia y, al igual que Trump, ha promocionado el medicamento antipalúdico hidroxicloroquina, que no ha sido probado, como tratamiento.

En julio, el propio Bolsonaro dio positivo para la enfermedad, pero a diferencia de Trump o Boris Johnson, se libró de la enfermedad en su casa sin necesidad de tratamiento hospitalario.

El ex capitán del ejército, de 65 años de edad, había predicho previamente que el virus no sería más que una "pequeña gripe" si se contagiaba. Ese mismo mes, Bolsonaro declaró que "el encierro mata" y añadió que las medidas de toque de queda habían "asfixiado" la economía del país.

"Sin salarios y sin empleos, la gente muere", dijo refiriéndose a las restricciones impuestas contra su voluntad por algunos líderes regionales en Brasil.