La decisión del presidente de retirarse de las negociaciones, que no fue ampliamente apoyada por los republicanos de la Cámara de Representantes, dio vuelta a la narrativa con la que el Partido Republicano había estado golpeando a los demócratas: que Pelosi "estaba bloqueando" el acuerdo. En cambio, varios legisladores republicanos describieron el tuit como un "desastre" que sirvió como herida autoinfligida antes del día de elecciones.

"No estoy de acuerdo con el Presidente", dijo el diputado John Katko (R-N.Y.) en una declaración. "Con tantasvidas en juego, no podemos permitirnos detener las negociaciones sobre el Paquete de Ayuda".

Y al parecer, presidente está captando estos mensajes. En tuits por la noche, después de que dijera que las conversaciones debían terminar, el presidente pareció invertir el curso, al menos hasta cierto punto.

Pidió al Congreso que aprobara el Alivio para las aerolíneas, las pequeñas empresas y los cheques de estímulo de forma poco sistemática. Esas disposiciones habían sido parte del paquete de medidas que se estaba negociando. Las aerolíneas estaban entre las compañías que se quejaron después de que el presidente suspendiera las conversaciones. El mercado de valores también se desplomó.

Los mercados subían el miércoles por la mañana, mientras se esperaba que pudiera haber ayuda específica.

El abrupto cambio de actitud fue otro ejemplo de la volátil forma de hacer negocios del presidente, que cada vez parece más errática, ya que va a la zaga en las encuestas nacionales del candidato presidencial demócrata Joe Biden.

Un legislador republicano le dijo al diario político de The Hill que cree que el partido habría estado mejor servido si Trump hubiera recibido más aportes de los legisladores y los hubiera escuchado.

"Creo que las decisiones del presidente Trump mejorarían, al igual que su posición política, si buscara y escuchara activamente a los miembros que representan a las comunidades de este país", dijo el legislador.

Varios republicanos reconocieron que Trump tiene razón al sentirse frustrado por las negociaciones con los demócratas, pero que el anuncio de Trump agravó el problema de imagen de una Casa Blanca que, según los demócratas, no actúa con la suficiente urgencia para combatir el virus que ha infectado a más de 7,5 millones de personas y ha matado a más de 210.000 sólo en Estados Unidos.  

Esos problemas de imagen se vieron agravados por el hecho de que Trump contrajo el coronavirus él mismo. Trump fue hospitalizado el fin de semana y salió del Centro Médico Militar Nacional Walter Reed el lunes por la noche.

Una serie de otros casos positivos de COVID-19 ha dado munición a los ataques de Biden de que Trump no ha tomado el virus en serio. El asesor de la Casa Blanca Stephen Miller es uno de los últimos funcionarios en contraer la enfermedad.

Trump también ha sido criticado desde que dejó el hospital por una serie de comentarios en mensajes de video y en Twitter en lo que efectivamente minimizó al COVID-19. Esto ocurrió después de que Trump recibiera la mejor atención médica de un equipo de doctores en el Walter Reed, así como terapias de drogas experimentales, que no habrían estado disponibles para la mayoría de los estadounidenses comunes.

"Si el COVID fuera tan inofensivo, no habría estado en el Hospital Walter Reed", dijo otro legislador republicano, añadiendo que creen que el presidente debería centrar su mensaje en asegurar que cada americano tenga acceso a la calidad de la atención que recibió.

"Estoy tan contento de que el presidente haya vuelto a la residencia, déjenme aclarar eso: estoy contento de que esté sano. Pero tienes que ser sensible con aquellos que han perdido gente por culpa de COVID", añadió la fuente, señalando que parece "bastante insensible decir que no exageres con el COVID".

Los demócratas argumentan que el último movimiento del presidente es una razón más para votar por Biden.

"Hoy, una vez más, el Presidente Trump mostró sus verdaderos colores: ponerse a sí mismo en primer lugar a expensas del país, con la total complicidad de los miembros del Congreso del Partido Republicano", escribió Pelosi a su caucus el martes.

Antes del brote de la pandemia, el presidente se basaba en la fuerte economía de los Estados Unidos.

Ahora, la Reserva Federal, la Cámara de Comercio y otros expertos advierten que, si no se llega a un acuerdo sobre el coronavirus, se producirán profundos impactos en la economía, particularmente en medio de las tasas de desempleo que están a punto de agravarse por los miles de despidos programados en la industria de las aerolíneas en las próximas semanas.

"Un apoyo demasiado escaso conduciría a una débil recuperación, creando dificultades innecesarias para los hogares y las empresas", dijo el Presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ante la Asociación Nacional de Economía Empresarial. "Con el tiempo, las insolvencias de los hogares y las quiebras de empresas aumentarían, perjudicando la capacidad productiva de la economía y frenando el crecimiento de los salarios".

Powell indicó que la financiación adicional contribuirá en gran medida a evitar más repercusiones económicas del virus en el futuro, comentario que pareció ser un guiño para algunos republicanos que se muestran reacios a arrojar billones de dólares más a la pandemia.

"Por el contrario, los riesgos de exagerar parecen, por ahora, ser menores. Incluso si las medidas políticas resultan ser, en última instancia, mayores de lo necesario, no se desperdiciarán", añadió Powell.